Columna de opinión
Fecha de publicación: 10 de abril de 2021
El Periodismo
no se vende
| Matías Zamora
Periodista
En una época donde el mundo de las comunicaciones está cada vez más desarrollado y en el que la variedad de información ya forma parte de nuestras exigencias, parece fácil determinar cuál es el rol preponderante de los periodistas en la actualidad: Informar. Sin embargo, se ha perdido el foco en gran parte de la industria nacional.
El periodismo, el verdadero periodismo, tiene el deber de brindar un servicio social. Ser los responsables de entregar la información no significa emitir solamente un mensaje relatando un suceso de interés e importancia colectiva, sino que requiere de investigación, profundizar en el tema (y los hechos), cuestionar, contrastar y, sobre todo, entender qué es lo que ocurre.
Quiero creer que no, pero actualmente parece ser que los distintos medios de comunicación buscan difundir lo que vende por sobre lo que realmente importa o trasciende en los diferentes ámbitos de nuestras vidas.
Obviamente, genera más morbo el hecho de que Diego Buonanotte no quisiera entrar a la cancha en el partido de Universidad Católica; noticia que publicó un medio y que después se comprobó que era falsa. O, claramente, genera debate y mayor cantidad de visualizaciones una entrevista al asesino de una figura política influyente – de buena o mala manera – para nuestro país pero, ¿Eso me da licencia como medio para barrer con todo lo demás? Hago esta pregunta porque en dicha oportunidad el canal de tv que realizó la entrevista fue acusado de no respetar los protocolos de seguridad en la cárcel. Y para qué hablar de los matinales.
En este punto, la pregunta es ¿Vale la pena sacrificar la información de calidad por vender mayor publicidad? Tajantemente digo que ¡No! Como periodistas tenemos la misión de llevar información sólida a nuestra audiencia. Necesitamos que la población esté al tanto de todo lo que ocurre en los diferentes ámbitos, cuáles son los matices de estos, quiénes son sus agentes, por qué están ocurriendo los hechos, qué es lo que dicen los contrapuntos, en fin.
Por supuesto que nos gusta ser leídos (o vistos), es lindo cuando tu publicación tiene muchas visitas, a eso se le suma que el periodismo y las entidades que lo ejercen necesitan ser financiados. Por eso es más rentable mostrar aquel contenido que es considerado “polémico”, “cebollento” o “viral”, pero eso no necesariamente significa que sea mejor.
El llamado es a que confiemos (como periodistas) en la información de calidad. Si cumplimos con los estándares de profundidad, veracidad y solvencia en el contenido que entregamos, la comunicación social no solo va a elevar su reputación, sino que se podrá financiar por su trabajo e identidad profesional ¿Se puede? Sí.
El periodista español, Ismael Nafría, lo retrata perfectamente en una investigación meticulosa enfocada en la reinvención del Times (The New York Times) – la dama gris del periodismo mundial – desde 1994 hasta 2017, donde señala que el periódico estadounidense diseñó una estrategia enfocada en la calidad de su producto, al punto de que para el año 2016 el medio era financiado en un 56,6% por sus usuarios, cifra bastante superior al 37,3% de ingresos por publicidad (financiamiento tradicional en los medios). Esto, sin considerar las metas de crecimiento que tuvo el medio para los años futuros, algo de lo que no me cabe duda de que se ha cumplido.
Creo que todo está dicho: ¡Elevemos el estándar periodístico! ¡Se puede!